El flamenco es un arte y pertenece a los artistas. Lo demás, es un exudado de su propia condición.

jueves, 23 de mayo de 2013

TE GUARDO UN BESO POR SEVILLANAS



Al vuelo de aquellas flores,
te adivinaba;
el aire de tus suspiros
yo respiraba.
Cuando tú pasas, niña, las buganvillas
todas quieren prenderse
 de tus horquillas.
***
En el puerto de tus manos
desembarcando…
y te buscaba, ya ves,
yo te buscaba… seguí
los vientos solanos
y en el puerto de tus manos
desembarcando.
En mis plegarias le suplicaba
a la Virgen del Carmen
que tú me amaras.
***
Al llegar a tu calle
me dio un doló,
al pasar por tu puerta
se me pasó.
Tu cercanía, tu cercanía,
me procura el aliento,
me da la vía.
***
A mi madre le explico cómo tu eres,
entonces ella entiende mis padeceres;
le dibujo tus ojos y tu sonrisa,
y el ángel delicado de tu carita.
Te guardo un beso, te guardo un beso,
en estas sevillanas
lo llevas preso.

José Luis Tirado Fernández

viernes, 10 de mayo de 2013

EL INFAME REBOLLEDO


Con todo mi cariño, para Machuca.


Experto gobernante de la inquina,
cuatrero de la tinta y la carpeta,
siniestro Rasputín de la oficina
que baila la canción de la peseta
como himno principal de la rutina.
El más perverso ser de este planeta,
sin otro pasatiempo que su celo
por la buena labor de la pamplina,
que ha seguido la dieta del pomelo
y luce las corbatas de Cañete
a juego con el tono del pañuelo.
Antes que te descuides te la mete,
procura andar despierto y avisado
y no esperes jamás lo que promete
un lobo de cordero disfrazado.
No escapas, Avilés, a tu destino
ni aún después de haberte jubilado;
en sueños se te aparece el cochino,
a veces en la sopa te sorprende
si no se te tropieza en el camino.
Perdona que un consejo  te encomiende,
que el toro de la vida no cornea
tanto como el amigo que te vende;
y ya puestos, perdóname que sea
cruel contigo, amigo, si algún día
te gana Rebolledo la pelea
y encima le toca la lotería.

José Luis Tirado Fernández

martes, 7 de mayo de 2013

EL CANTE Y EL DUENDE

                    Yo no sé lo que es el flamenco, y entiendo poco o nada de flamenco.
                     Los seres humanos somos el centro de la creación, desde un punto de vista religioso y desde el punto de vista de la ciencia. Así como los animales se adaptan al medio para sobrevivir, el ser humano transforma el medio y lo adapta a su conveniencia. Desde muy antiguo, aquí, en Andalucía, mientras otros pueblos luchaban entre sí con palos y con piedras, conocíamos la posición astronómica de Venus, utilizábamos el cero en operaciones matemáticas y nuestra ingeniería y arquitectura eran tan avanzadas que muchos edificios, puentes, acueductos o ingenios aún se mantienen en pié por sí solos.
                        En la actualidad, el ser humano no sólo domina el espacio exterior, sino que cura enfermedades que en otro tiempo eran irreversibles, y en informática los avances son tan enormes que lo que el mes pasado era novedad hoy es obsoleto y no sirve. Incluso en materia artística, el ser humano ha logrado tales avances, que los japoneses tienen máquinas capaces de componer música…… pero flamenco, no. Porque el flamenco, más que a impulsos eléctricos, responde a impulsos del corazón, a la carne y a la sangre, al universo que se aloja en la parte izquierda del pecho. Pocas ciencias pueden ayudar en cuestiones de flamenco… ¿Qué ciencia podría definir un martinete?



                        Y es que el cante es tan abstracto que no admite escalas definidas, ni formas precisas, y podrá parecer anárquico, pero si lo analizamos detenidamente, parece no serlo. Una soleá es una soleá y una siguiriya una siguiriya, a pesar de que un cantaor las diga y a continuación las repita y no le salgan iguales; eso sí está comprobado y la razón puede ser que acuda el misticismo a la garganta, la poesía a la razón, la inspiración a la técnica.
                        En términos flamencos, se atribuye al duende la disposición para que un cantaor lo haga bien o mal, a juicio de quien escucha, que esa es la principal premisa. Hay magníficos cantaores que tienen logrado tal nivel de técnica que pueden hacer un cante a cualquier hora del día, en cualquier sitio y ante cualquier audiencia, lloviendo, venteando, con sol o con frío. Han repetido tantos tercios, probado tantas formas, escuchado tanto cante y tantos estilos como para dolerles los tímpanos, y los hay buenos, muy buenos.
                        Pero hay cantaores de duende, con los que si uno tiene la suerte de estar en el sitio adecuado a la hora precisa, puede ser testigo de la bajada a la tierra de un fenómeno sobrehumano, porque ni el mismo cantaor sabe explicar qué técnica, qué artificios o qué recursos acaba de emplear para el cante.
             

José Luis Tirado Fernández



miércoles, 1 de mayo de 2013

SOLEÁ POR BULERIA O BULERIA POR SOLEÁ



            Para gustos, colores. La mayoría de los flamencos suelen emplear el término “Soleá por bulería”, pero veamos.
            La condición de la soleá viene marcada por su compás. Esa –ella, porque es mujer- es cierta, inconfundible y demostrada. En su largo caminar a través del tiempo y la historia, desde la leyenda de la Andonda hasta la arrogación por alguna comarca o pueblo de su cierto origen, Triana, ha tenido su evolución y ha sido génesis de otras muchas variantes. Literariamente hablando, es una pieza poética propia de la literatura andaluza, cultivada por grandes poetas, entre los que destacó Manuel Machado.
            No entiendo el gran entusiasmo que provoca entre los intelectuales el haiku japonés, el cual admiran, protegen y propagan. Se miran en lo de fuera y no vuelven la cara hacia lo que tienen en casa. ¿Herencia directa del desprecio de la gente del 98 por el flamenco?

Primera sospecha:

            Y la más extendida: la soleá a paso ligero. Si esto es así entonces la bulería como palo no existe, se trataría solamente de una aceleración del compás. ¿Conclusión? La bulería no es un palo. Entonces, la soleá se acelera en su compás y da paso a este estilo. Puede servir.

¿Son Bulerías para escuchar?

            No. El que canta bien por bulería, entre otras cosas, debe decir, contar, expresar. Lole Montoya conmovía con las letras de Juan Manuel Flores que, por un acuerdo mutuo, firmaba Manuel Molina. Es cierto que aquello eran bulerías de nuevo cuño, parsimoniosas, en tonos menores y que tocaban temas hasta entonces no muy comunes en las letras flamencas. Sin duda, eran diferentes. Gustaron y además vendieron.

Segunda sospecha:

            El palo de la bulería puede ser interpretado a compás más lento. Entonces se convierte en una soleá. ¿Porqué no irse directo al palo? ¿Acaso no utiliza las mismas escalas musicales?  La mayoría de las bulerías tradicionales que conozco –Pastora, Vallejo, Mairena, Caracol…-, por lo general, usan las mismas notas, si por medio:

LA-SI-REm-DO-LA.

Si por arriba:

MI-FA-Lam-SOL.MI.

Poco sustento tiene esa teoría.

El cuplé por bulerías.

            Pastora hizo coplas de León y Quiroga por bulería. También Vallejo popularizó coplas, como casi todos los flamencos, pues sabido es que el que canta muy bien por siguiriya y soleá tiene los bolsillos llenos de bujeros. Ahí brillaban con luz propia dos estrellas fulgurantes, a quienes se podría atribuir la creación/formalización del estilo. Estas sí que serían bulerías para escuchar. Por cierto he encontrado entre los discos de mi padre uno de las “niñas” y lo he escaneado. Es de 1970.



          Ahora me quedo con el cuplé por bulería de Tomás de Perrate. Que pinche aquí el que quiera oír una voz gitana:


            Me voy, volviendo a recordar como siempre, que estas entradas son impresiones personales y por supuesto, originales, de este vuestro amigo.

            Otra cuestión… ¿Dónde he escuchado yo estos versos? Están dedicados a la bulería y me parece que arrojarían algo de luz sobre el dilema. Los pongo aquí y si al autor le molesta, puede indicármelo y los retiraré enseguida.

Es un acompasamiento
que acompaña a cualquier cante
sin pedirle documento.

José Luis Tirado Fernández